Sexo, belleza y dinero… la corrupta historia de un aminoácido

Quien me iba a decir hace casi 25 años, mientras estudiaba todas y cada una de las características de los 20 aminoácidos, que uno de ellos, la Arginina, de la que me enamoré profundamente, se iba a ver envuelta en una de las más turbulentas historias donde sexo, belleza, dinero y corrupción se entremezclan para escribir una de las páginas más oscuras de la historia de la bioquímica… lamentable.

L-arginina

Tengo que reconocer que la tenía totalmente olvidada ya que otras moléculas me habían seducido posteriormente, pero mi corazón dio un vuelco cuando hace unas semanas reapareció en mi vida… y en la de todos ustedes. Fue una mezcla contradictoria de sensaciones. Por una parte el regreso de la Arginina le volvía a poner emoción a mi vida pero, por otra, me di cuenta que mucha gente se estaba aprovechando de ella… y había que ponerle solución a tal tropelía.

Su impactante reaparición ocurrió cuando una de las más famosas empresas de productos de belleza, la creadora de la increíble Ciencia de los Genes, cometió uno de los disparates más grandes que se conocen desde que Lehninger, el gran bioquímico estadounidense, agachó definitivamente la cabeza…: ¡¡llamar en un spot publicitario «proteína» al «aminoácido» Arginina!!…ale, hasta la reforma laboral ha llegado al mundo de la bioquímica y la patronal en forma de proteína se impone a los curritos aminoácidos, a los que ya no se les respeta ni el nombre… pasen y vean este video.

Una cosa comprensible, que no justificable, es que las empresas de cosméticos se aprovechen de que el consumidor medio no tenga mucha idea del efecto sobre la piel de las sirtuínas, probióticos o resveratrol, pero otra cosa muy distinta es que piensen que a estas alturas nadie sepa distinguir un aminoácido de una proteína… pero querida L’Oreal, somos muchos los que nos hemos dado cuenta de la barbaridad que decís en este video confundiendo a la Arginina con una proteína… eso sí, muy guapa Jennifer López, aunque creo que eso al sindicato de aminoácidos no le vale de disculpa.

¿Confusión? ¿Error? ¿Descuido? Nunca lo sabremos pero personalmente no me cuadra que una empresa de tal calibre, que según sus propias fuentes dedica mucho dinero a la investigación y que incluso tiene instaurados los Premios L’Oreal-UNESCO destinados a “La Mujer y la Ciencia”, confunda un aminoácido con una proteína…pero como dijo el gran Boskov: «marketing es marketing».

Y allá que fui yo, al rescate de la Arginina, un aminoácido esencial involucrado en la síntesis de creatina, poliaminas y en ADN y que podemos encontrar en la gran mayoría de productos del mar, pescado, mariscos, crustáceos e incluso en grandes mamíferos acuáticos como las ballenas. Lo reconozco, no solamente fui a rescatarla, quería volver a conquistar a la Arginina.

Decidí meterme a un gimnasio para ponerme en forma ya que la tarea no era nada fácil y allí, en uno de estos centros deportivos en los que se dedica más espacio a vender productos para deportistas que a hacer ejercicio físico, se me apareció la Arginina en forma de suplemento deportivo. A pesar de que está más que demostrado científicamente que una dieta normal proporciona suficientes niveles de este aminoácido para la síntesis de proteínas, ese bote de pastillas decía que la ingesta de suplementos de este aminoácido incrementaría mi masa muscular…y me metí Arginina por un tubo hasta que logré reconquistarla.

El siguiente paso en nuestra relación decidió darlo ella porque estos aminoácidos son más lanzados de lo que parecen… ¡¡quiso sexo conmigo!! Reconozco que me puse nervioso ya que quería estar a la altura en la primera de nuestras citas…y como no me fiaba de si iba a cumplir en la cama decidí ir a una de esas parafarmacias, que ya son más grandes que un centro comercial, y pedir un complemento que me ayudara a mejorar la erección de mi miembro viril.

El dependiente, que ya llega un momento en el que no se sabe si son farmacéuticos o cajeros del Mercadona, buscó entre diversos suplementos y me dio el producto estrella del mercado de los productos destinados a mantener la potencia sexual, una caja llena de pastillas hechas a base de…¡¡Arginina!!. La cosa empezaba a oler a chamusquina pero con tal de no defraudar a mi chica a la hora de la verdad, compré diez cajas.

Y llegó el día. Allí estaba yo, ante mi amada Arginina y atiborrado de suplementos deportivos y sexuales… pero pasó lo peor que podía ocurrirme: ¡¡Gatillazo!! Me lo veía venir, demasiada presión.

Claro que la Arginina, aislada por primera vez de extracto de semillas de lupino, en 1886 por el químico suizo Ernst Schulze, es muy comprensiva y me dijo lo de siempre: “esto le puede pasar a cualquiera”, “no le des más vueltas”, “no te preocupes que será fruto del cansancio y de los nervios” y, cuando me vio más que hundido, se acercó a su botiquín y sacó una caja de pastillas que prometían en su publicidad controlar el sistema nervioso. Cogí las pastillas y no me lo podía creer. Allí estaba otra vez, mi pesadilla…¡¡pastillas de Arginina para controlar los nervios!!

Además, mi chica me aconsejó ir al médico para hacerme unos análisis de sangre y, como era de esperar después de tanto estrés sexual, los resultados anunciaron un poco de anemia por lo que el doctor me recetó unos suplementos especiales de nueva generación recomendados por las casas comerciales para aumentar el nivel de glóbulos rojos.

No quería ni mirar su composición porque me temía lo peor… efectivamente mis sospechas se confirmaron, suplementos de Arginina indicados para combatir la anemia…y ya puesto me los tomé como si fuesen cacahuetes.

A pesar de que yo ya estaba con la mosca detrás de la oreja después de que todo el mundo me recomendara suplementos de Arginina para conquistar al aminoácido del mismo nombre, decidí liarme la manta a la cabeza y pedirle que se casara conmigo.

Ella no solamente aceptó sino que rápidamente quiso formar una familia… pero los niños no llegaban y fuimos a una clínica especializada en fertilización para ponernos en tratamiento… de pronto la doctora me miró y me dijo: “el problema chaval lo tienes tu porque no produces la cantidad suficiente de espermatozoides, pero te podemos ayudar”… y allí que la susodicha se sacó del bolso unos comprimidos dedicados exclusivamente a mejorar la espermatogénesis basados en la acción de, como no, la Arginina… fue el principio de mi final.

No aguanté la presión, la tensión arterial se me disparó, me llevaron al hospital más cercano, me recetaron Arginina para regular a presión sanguínea… esto era de locos… y perdí el juicio  totalmente.

Mi princesa me abandonó y volvió a salir de mi vida, que no de mi cuerpo porque yo estaba atiborrado de este aminoácido, y caí en la ruina personal y económica. Me había dejado todo mi patrimonio en comprar suplementos de Arginina para mejorar el ejercicio físico, mi actividad sexual, la tensión arterial, la espermatogénesis, el nivel de glóbulos rojos…y todo para que ahora llegue el Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y publique un informe oficial en el que dictamina que no hay ni una sola evidencia científica de que los suplementos de L-Arginina sirvan para ninguna de esas cosas.

Sin embargo, hace unos días vi la luz al final del túnel. A pesar de que estaba en la más absoluta ruina, un amigo me llamó para ofrecerme un negocio algo oscuro, basado en una molécula milagrosa sintetizada por la acción secuencial de las enzimas citosólicas argininosuccinato sintetasa y argininosuccinato liasa, y que me sirviera para salir de la crisis económica en la que estoy sumergido.

Este antiguo compañero de carrera me propuso montar una empresa cuyo éxito estaba más que asegurado ya que no solamente nos permitiría ganar grandes sumas de dinero en periodo de crisis económica, sino que además ayudaríamos a la humanidad salvando vidas gracias al desarrollo de la Ciencia.

Le pedí más información y me mandó este video…  por favor véanlo. Solamente son 4 minutos pero si no tienen tiempo deléitense con el comienzo y con lo ocurrido a partir de los dos minutos y medio… y prepárense para reírse un buen rato porque estos americanos siempre sorprenden.

Sin comentarios. Concluyo, pero antes les voy a pedir un favor.

Yo, después de ver como mi aminoácido preferido ha caído en manos de la industria del sexo, la belleza, los fármacos y los suplementos deportivos, no tengo más fuerzas para luchar por él, aunque confío plenamente en ustedes para que salven de la quema a la Arginina…pero al aminoácido, no a la proteína.

Jose

Bibliografía:

Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to L-arginine. EFSA Journal 2011;9(4):2051.

Nota:

Esta entrada participa en la XIII Edición del Carnaval de la Química que este mes de Marzo se alberga en el Blog «Curiosidades de un químico soñador» de Daniel Martín Yerga