La gran apuesta científica de la historia

“Señora, si el ladrón infernal de su marido llega a casa un día en camilla, con todos los huesos del cráneo reducidos a pulpa, sabrá usted por qué. Dígale de mi parte que es un maldito ladrón, y tan seguro como que su nombre es Wallace es que no morirá en su cama. Ha de ser una desgracia miserable verse obligada a vivir con un criminal convicto. No piense ni le haga pensar que he terminado con él. John Hampden.”

No, ni se han equivocado de Blog ni Scientia ha cambiado su temática al cine negro. Esta usted leyendo un extracto de una carta entre un científico y la mujer de otroescalofriante pero cierto. Pero vayamos por partes…

Como hemos podido comprobar en los artículos publicados en la serie “El Lado oscuro de la Ciencia”, los científicos tienen a menudo posiciones absolutamente enfrentadas acerca de temas relativos a diversos campos de la Ciencia. Estas disputas, aunque cueste creerlo, han dado lugar a grandes apuestas científicas a lo largo de la historia.

Desde Kepler hasta Stephen Hawkings pasando por Hooke, Halley e incluso el gran Newton, muchos han sido los investigadores que se han visto involucrados en importantes apuestas científicas… y algunas de ellas con una trascendencia vital para el desarrollo de la humanidad.

Hoy traemos a Scientia la que, a mi juicio, es una de las grandes apuestas científicas de la historia ya que no solamente condicionó el desarrollo de la ciencia, sino también de la humanidad… ¿La Tierra es redonda o plana? Como podrán observar la historia se las trae, no solamente por el fondo de la cuestión sino por cómo se las gastaban los científicos implicados en la misma.

Los planistas, que partían como favoritos, lo tenían todo a favor. ¿A quién se le iba  a ocurrir contradecir los famosos pasajes de la Biblia donde se hablaba de “las Cuatro Esquinas” o de “los Pilares de la Tierra”?

Desde épocas muy antiguas hasta los tiempos de Galileo y Newton, fueron muchos los que pensaron que las hipótesis planistas no eran correctas.  Sin embargo, y a pesar de que muy a menudo se nos olvida, en el mundo de la ciencia, y hasta que pueda disponerse del juicio de un experimento contrastado, la hipótesis es simplemente conjetura, especulación y opinión.

Por ello Samuel Rowbotham, un reconocido planista, decidió retar a los globistas mediante una apuesta que ha pasado a los anales de la historia y en la que intentaba hacer tambalearse los pilares en los que se basaban los defensores de la redondez de la Tierra.

La “base científica” elegida fue el fenómeno por el que los mástiles y las velas de los barcos que desaparecen en el horizonte siguen siendo visibles después de que el casco se haya perdido de vista.

Como “laboratorio de pruebas” Rowbotham escogió los diez kilómetros absolutamente rectos y planos situados entre los puentes de Welney y el de Old Bedford de un canal plano y recto: el de Old Bedford en Cambridgeshire (Inglaterra). Como “reactivos” eligió a una persona situada al nivel del agua en el extremo de Old Bedford y a un objeto cualquiera que colocó en la superficie del agua bajo el puente Welney.

Según el científico inglés, los resultados que obtuvo en este particular “experimento” mostraban como el objeto se podía observar, sin variar su posición inicial, por la persona alejada 10 Km…la Teoría de los “globalitas” quedaba obsoleta.

Samuel Rowbotham no solamente publicó sus resultados en su libro “Astronomía zetéctica”, sino que durante varios años repitió el experimento ante otros científicos que se acercaban a Old Bedford a cerciorarse que lo publicado por este gran británico era cierto.

El show que tenía montado le iba tan bien que a otro afamado planista, John Hampden, no se le ocurrió otra cosa que apostar 500 libras esterlinas de la época (una pasta) a quién realizase un experimento, en el mismo Old Bedford, que demostrase lo contrario…y hubo quien aceptó el reto.

Alfred Wallace Rusell fue un naturalista, explorador, geógrafo, antropólogo y biólogo británico, conocido por haber propuesto, independientemente, una teoría de evolución por medio de selección natural que motivó a Charles Darwin a publicar su propia teoría.

Wallace Rusell

Wallace era uno de esos científicos con el que muchas veces me siento identificado. Al igual que su compatriota el “Bulldog” Huxley, este británico entraba a todos los trapos…cual toro de Dolores Aguirre. Tras enterarse de reto propuesto por Hampden, y debido a que su economía personal no estaba muy aseada, Wallace decidió aceptar la apuesta e ir a por las 500 libras.

El día señalado para dirimir quién tenía razón en sus hipótesis, Wallace diseñó el siguiente experimento: En primer lugar colocó una señal en el puente de Old Bedford, a 4 metros sobre el agua. A continuación puso a mitad de camino entre los dos puentes un disco en un poste, también a 4 metros sobre el nivel del agua. Posteriormente, y junto a un particular telescopio, los litigantes se colocaron en el puente Welney.

El 5 de Marzo de 1870 se reunieron junto al Old Bedford River los caballeros John Hampden, Alfred Wallace, William Carpenter (testigo por parte de Hampden), M. W. B. Coulcher (testigo por parte de Wallace) y J. H. Walsh, editor del periódico «The Field«.

Lo que siempre me ha parecido surrealista de la investigación científica es que, en situaciones muy concretas, cada vez se parece más a la políticasea cual sea el resultadotodos parecen ganadores.

A través del telescopio todos observaron que el disco central se encontraba 1.5 metros más alto que la señal más alejadaSegún Wallace la conclusión era evidente: la Tierra era redonda y él debía llevarse las 500 libras esterlinas. Según Hampden todo era un efecto de perspectiva ya que lo que se veía era que la cruz filar del visor estaba sobre el disco central, así que la conclusión también era evidente: la Tierra era plana y las 500 libras eran para su bolsillo.

Wallace se indignó con la explicación dada por Hampden y su amigo William Carpenter, otro convencido planista, por lo que la disputa se convirtió en algo más que una apuesta…la caja de los truenos estaba abierta.

Ambos bandos decidieron recurrir a un árbitro que dirimiera la contienda. Éste, tras consultar a los fabricantes del instrumento, resolvió a favor de Wallace ya que los argumentos de Hampden y Carpenter basados en un efecto de perspectiva de la cruz filar del visor no se sostenían…la Tierra era redonda y Wallace se llevó sus 500 libras esterlinas.

Sin embargo, y al más puro estilo Mourinho, los planistas vieron conspiraciones por todos lados. Según ellos, y basándose en la fama de “magufo” que tenía Wallace, todo era una falacia de los pseudocientíficos. Efectivamente algo de razón tenían, no en el fondo de la cuestión, sino en lo pintoresco del personaje de Wallace.

El científico británico era tan conocido por sus trabajos en zoología y botánica, su co-descubrimiento de la selección natural y su defensa experta de la teoría evolutiva…como por su interés por el espiritismo, los fenómenos relacionados con sesiones, los médiums y el contacto con los muertos…hasta el punto que Darwin llegó a acusarle, cuando Wallace empezó a sopesar las nociones “heréticas” de un diseño en la evolución humana moral y mental, de “asesinar completamente a su hijo y el mío”.

Pero volviendo a la famosa apuesta por la redondez de la Tierra,  Hampden y Carpenter escribieron una carta a la famosa revista “The Field” en la que ninguneaban tanto los métodos de Wallace como sus resultados obtenidos. Lejos de amedrentarse, y debido a que se movía en estas contiendas como pez en el agua, Wallace contestó una por una a las acusaciones que se vertieron sobre él.

Ironizó sobre las teorías planistas acusando a Carpenter de revolucionar la geometría definiendo un “nuevo concepto de línea recta” para justificar  sus teorías planistas, desmontó todos los argumentos planistas y recomendó a los seguidores de éstas el ceder es sus posturas y reconocer la redondez de la Tierra. Pero Carpenter, y sobre todo Hampden, no estaban dispuestos a bajarse del burro…sino todo lo contrario.

Siguiendo a pies juntillas uno de mis refranes preferidos, “Antes volcar que parar”, Hampden se pasó ni más ni menos que 21 años acosando e injuriando a Wallace tanto en los tribunales con en la prensa. Usó para ello todo su arsenal y mandó, no sólo a él sino a toda su familia, toda clase de cartas amenazadoras e insultos barriobajeros… y es aquí donde volvemos al principio del post, donde les mostré un texto extraído de una de las cartas que Hampden dirigió, ni más ni menos que a…¡¡¡la mujer de Wallace!!

Una brutal amenaza en toda regla. Hampden pasó, por ésta y otras acciones similares, largo tiempo en prisión…pero su sed de venganza no tenía fin por lo que continuó persiguiendo a Wallace hasta el final de sus días.

A éste último el ganar la apuesta le salió caro. Está fuera de toda duda que ganó el debate científico…pero económicamente no le salió nada rentable. Las 500 libras esterlinas que ganó en la contienda contra los planistas fueron una miseria al lado de la quiebra económica que le supuso a Wallace pagar las costas legales de todos los juicios que tuvo contra ellos.

Es posible que se echen las manos a la cabeza por lo lejos que llegó este debate científico…pero no seamos cínicos. La condición humana no la vamos a cambiar y, por mucho menos, nuestra vida diaria está llena de enfrentamientos personales que, a veces, pueden llegar a odios tan injustificados como reales.

Y antes de finalizar…una sorpresa. A pesar de que la historia que les he contado hoy en Scientia ocurrió en el siglo XIX…en este mes de Agosto acaba de reabrirse un nuevo debate acerca de la forma geométrica de la Tierrasí lo que oyen, a estas alturas.

Desde pequeños nos han dicho que la Tierra tiene forma de esfera achatada por los polos…pues parece que los libros de texto van a tener que cambiar su contenido. En un estudio publicado en la revista científica “Geophysical Research Letters” un grupo de investigación estadounidense ha demostrado que, debido al deshielo producido en los últimos años, la Tierra no solamente es ahora más esférica que nunca, sino que ha tendido a “engordar”.

Gracias a los datos obtenidos en la misión GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment) de la NASA, los científicos implicados en este estudio han demostrado que el derretimiento de glaciares en la Antártida y Groenlandia ha dado lugar a un cambio en la forma de la tierra. Así, las 382.000 toneladas de hielo al año que se pierden en estas dos regiones se desplazan al Ecuador provocando que la Tierra “engorde” a un ritmo de 0.28 cm por década.

¿Se han creído esto último que les he contado? ¿Apostamos? ¿Y si les digo que estos mismos investigadores han demostrado que con este “engorde” de la Tierra un volcán peruano ha sustituido al Everest como la zona más alta de nuestro planeta? ¿Doblamos la apuesta?

Jose

Nota:

Esta es mi segunda entrada en el III Carnaval de Geología que este mes se alberga en el interesantísimo Blog“El Pakozoico” y la primera en el XXII Carnaval de la Física que se celebra en el Blog “BioUnalm”.

Fuente:

“Rivalidades científicas. De Galileo al proyecto Genoma Humano”. Editorial Paraninfo. ISBN: 9788428380751.

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13 respuestas a La gran apuesta científica de la historia

  1. Pablo dijo:

    ¡Cómo es posible que en el s.XIX aun se cuestionasen si la Tierra era plana? Hacía ya mucho tiempo que Magallanes y Elcano habían navegado alrededor del mundo y UK tenía colonias en todo el planeta.

    En fin… lo mejor de todo es que hoy día hay gente que cree que la Tierra es plana: http://theflatearthsociety.org/cms/index.php

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  4. Gabriel dijo:

    Está muy buena la anécdota. Más allá de los aspectos sorprendentes, de como por ejemplo, costó tanto entender que la Tierra no era plana, destaco la genial inventiva para concebir un experimento, y resolver sus desafíos técnicos concretos.

    Así es que se innova, muchas veces, o por lo menos en esas épocas, sin marcos formales definidios.

    Saludos!.

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  6. Francisco Martín dijo:

    Entonces, ¿el agua sube una pendiente? ¿cómo es posible?

    • Ruben Tastas dijo:

      Subir significa alejarce del centro de la Tierra.
      No , el agua no sube pendientes a no ser que lo haga en forma de nube

  7. Francisco Martín dijo:

    Y una pregunta más, si la refracción actúa en el canal de Bedford, ¿cómo es que se hunden los barcos al alejarse de la costa? Deberíamos seguir viéndolos por la refracción, ¿no?

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